¿Cómo elegir escuela para mi hijo preescolar?


Cómo elegir escuela. El chiquitín preescolar. Blog

El ingreso de nuestros pequeños al mundo preescolar sin duda causa emoción, aunque también cierto grado de ansiedad y, por qué no decirlo, de angustia al enfrentarnos a tal diversidad de jardines de niños con tal diversidad de metodologías y servicios. 
La mejor manera de elegir escuela inicia con una reflexión personal acerca de lo que realmente deseamos y esperamos de la escuela. 
Básicamente, no debemos perder de vista la etapa formativa en la que se encuentran nuestros hijos, ya que es en este periodo en el que se consolidan gran cantidad de conexiones neuronales que conducirán a nuestros hijos al éxito o al fracaso, dependiendo de los estímulos que reciban de la institución formativa y del contexto familiar.
Es por eso por lo que no deberíamos desaprovechar el corto periodo de tiempo disponible (del nacimiento a los 7 u 8 años, aproximadamente) en el que se construye la personalidad del niño, en instituciones que nos venden una infinidad de servicios que en muchas ocasiones no necesitan nuestros hijos, o no son pertinentes al verdadero propósito de la educación preescolar.
Si bien es cierto que el juego es imprescindible en la vida de los niños pequeños, no es lo único que el niño irá a vivir a la institución formativa: es necesario hacer a un lado la idea errónea de que los niños van al jardín de infantes solamente a jugar.
A través del juego y otras estrategias de enseñanza, los niños irán construyendo aprendizajes, desarrollando habilidades y consolidando actitudes y aptitudes para desempeñarse con mayor eficiencia en la vida y no solamente en el ámbito educativo.
Antes de registrar a su hijo en tal o cual institución plantee al personal informante preguntas que le permitan saber: qué habilidades sociales, físicas y cognitivas estimulan, qué metodología se emplea, cómo emplean el tiempo de la jornada escolar, de qué manera fomentan los valores, cómo van construyendo los buenos hábitos, cómo involucran a los padres en las actividades escolares, qué seguimiento realizan de los avances de los niños, qué condiciones de seguridad brindan a los pequeños. Por último, recuerde que la institución preescolar es un espacio para el desarrollo de la socialización, mejoramiento del lenguaje, desencadenar los procesos cognitivos y, sobre todo, desarrollar y fortalecer la autonomía de los niños, por ello una institución demasiado maternalista o paternalista irá en contra del proceso de eclosión que representa la educación preescolar, y conducirá al niño al fracaso escolar en las etapas subsecuentes.
El preescolar debe sentar buenas bases para una trayectoria escolar exitosa y no contribuir a formar niños dependientes y débiles emocionalmente.
¡Que tu proceso de elección sea agradable, pero, sobre todo, benéfico para tu hijo!

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